Todos tenemos una idea general de lo que es el “ego” pero lo que no tenemos tan claro es la incidencia que tiene en nuestra salud y la verdad es que la tiene y mucha. Cuantas discusiones, sufrimiento, ira, rencor, envidias , celos y dolor les ha provocado a muchas personas su ego incontrolado que por la conexión que existe cuerpo-mente les ha llevado a enfermar a ellos y a sus familias y amigos, porque generalmente cuando el “ego” actúa, arrastra también a los “egos” que están cercanos a cuyos propietarios les hacen perder también el control.
“Jamás perderás tu conexión, siempre y cuando te pares en la humildad de tu corazón y no en la soberbia de tu ego”, se lee en las enseñanzas de un maestro espiritual.
En la revista de filosofía “Nitiare” explican que el ego está compuesto por múltiples “Yoes” o Defectos Psicológicos “que son como auténticas personas en nuestro interior: piensan, sienten y actúan. Nuestras frustraciones nacen justamente cuando a uno o más de esos defectos psicológicos no se le cumplen dichos objetivos personales”.
El ego es nuestro otro “yo” no el que somos sino el que “creemos” que somos. Solo aparece o vive cuando se le provoca, cuando alguien nos habla y nos ofende lo que nos dice, es nuestro “ego” el que se ofende, el ego nace de sentimientos negativos: el rencor, la envidia, el odio, celos, la indiferencia etc., cuando recibimos esos sentimientos de otra persona es el “ego” el que se ve afectado, el que nos hace sufrir, llorar y enfadarnos, cuando aparece nuestro “ego”, nuestro auténtico ser queda en un segundo plano queda anulado. cuantas veces hemos actuado de forma que ni nosotros mismos nos reconocemos, ofuscados, hacemos o decimos cosas de las que nos arrepentimos y cuando recuperamos el control nos parece increíble haber llegado a decir o hacer tal cosa. Para entender este punto nada mejor que un ejemplo: imaginemos que alguien nos dice algo que no nos gusta, nuestro “yo” autentico instantáneamente pensaría : a esta persona la aprecio no puede dirigirse a mi en forma despectiva, ha debido tener un lapsus. Nuestro “ego” al ser provocado y si no lo controlamos dirá : Vaya con el estúpido este, porque me dirá esto y montará en cólera o en ira contra el interlocutor o reprimirá este sentimiento y eso le producirá dolor y frustación. Somos la misma persona pero nos mostraremos diferentes si permitimos que el “ego” tome el control o nos mantenemos firmemente en nuestro verdadero”yo”.
Cuando el “ego” pues domina nuestras vidas constantemente, todos esos sentimientos negativos varios se acumulan y nos provocan estrés, ansiedad, sufrimiento, dolor,celos, discusiones en definitiva un estado incompatible con la salud.
Podemos imaginar ese tipo de personas irascibles, que saltan a la mínima provocación, que siempre están criticando, que lo saben todo, que quieren ser el centro de todo, que quieren llamar la atención, que siempre quieren ser los mejores etc. etc. generalmente viven en un estado permanente de frustación y la lista de enfermedades que directa e indirectamente les provoca esto es abundante y grave : trastornos psicológicos, problemas cardíacos, úlceras estomacales, insómnio, hipertensión, etc. tienen su origen en estos sentimientos negativos producidos por nuestro “ego”.
Los principales tipos de “ego” son muy variados, casi seguro nos encontraremos en alguno, pero hemos de saber que aunque los tengamos se pueden controlar, simplemente identificándolo: cuando notemos que nuestro “ego” empieza a despertar, la manera de neutralizárlo es hacerlo consciente diciéndole internamente ” vaya ya te has despertado por esto que me han dicho, pues sigue durmiendo que “yo” voy a controlar la situación”. No es fácil pero con práctica y consciencia lo conseguiremos y nuestra vida cambiará a mucho mejor.
Para adentrarse en ese conocimiento, invito a revisar estas categorías y enterarse en qué clasificación se encuentra.
Ego SABELOTODO: Es aquel ego que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se puede quedar callado.
Ego INSACIABLE: Es el ego “centro de mesa”, no le gusta pasar desapercibido, hace cualquier cosa para llamar la atención.
Ego INTERRUPTOR: Su necesidad de autorreferencia es tan fuerte que interrumpe permanentemente, nunca deja que los otros terminen de hablar.
Ego ENVIDIOSO: Es el que no soporta los triunfos y éxitos de otros. Degrada a los que cree que son mejores que él.
Ego PRESTIGIOSO: Es el ego que busca aplausos, reconocimiento y admiración en todo lo que hace. Siempre quiere ser el mejor. Frecuentemente les dice a los demás: “te lo advertí”, “yo sabía”, “te lo dije, pero tú nunca me escuchas”, etc.
Ego JINETE: Se monta de lo que dicen otros. Se aprovecha de los datos de los demás para su propio beneficio. Saca partido de lo que otros dicen para estructurar sus propias intervenciones. Es copión y usurpador.
Ego SORDO: Nunca escucha, le gusta hablar sólo a él, habitualmente finge escuchar.
Ego MANIPULADOR: Es aquel ego astuto que siempre se las arregla, ya sea tergiversando, acomodando, engañando, mintiendo o justificando para que las cosas resulten siempre a su favor.
Ego ORGULLOSO: Es aquel ego competitivo, discutidor, que no le gusta perder.
Ego PREMENTAL (silencioso): Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo, es criticón, hipócrita y enjuiciador.
Hay más tipos, estos son los principales y es difícil que alguien no tenga alguno de ellos, identifiquelo y controlelo vera que cambio en su vida y en los que le rodean.
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